Donde una taza de café de especialidad cambió por completo la percepción del fundador sobre esta bebida. Descubrió un mundo donde el café se cultiva, procesa y prepara con dedicación, muy distinto al café común que suele consumirse a diario. Esa experiencia lo llevó a investigar y comprender la importancia de la calidad, la trazabilidad y el respeto por los productores, así como la ausencia de este enfoque en ciudades como Chiclayo.

Con el deseo de compartir este descubrimiento, decidió crear un espacio que transmitiera toda esa esencia: así nació Capuleto Café, una cafetería boutique diseñada para que el café sea el protagonista. El nombre “Capuleto” fue elegido por su conexión con los célebres Capuleto de Shakespeare, evocando historia, sensibilidad y carácter, y simbolizando la intención de enamorar al público del café, tal como Romeo se enamoró de Julieta.

Capuleto trabaja con cafés peruanos de altura, métodos que respetan el grano y un equipo preparado para guiar a los clientes. Hoy es un lugar de encuentro para quienes buscan autenticidad, diseño y una nueva forma de apreciar el café de especialidad.